"Punta y Taco" , 2020
40 x 36 x 36 cm (h x w x d)
Cemento con pátina negro azulado.
for sale
[AN48]

Nací en el año 1955 en Florida, Vicente López, Buenos Aires, Argentina.
Hijo de un padre Herrero que hacía verdaderas obras de arte con su fragua y una madre que confeccionaba vestidos de novia de alta costura y aparte era muy buena dibujante. Ellos vieron en mí que tenía aptitud para el dibujo, me pasaba dibujando autos y caballos.
A los 17 años nos mudamos al barrio de Belgrano, trabajé de cadete en la zapatería de Christian Dior, donde descubrí el mundo de Barrio Norte, de la plata, la buena vida, otras mujeres más lindas, y sentí la ambición por llegar a tener dinero, me pico el bichito de la fortuna. En ese momento me habían regalado el libro La Agonía y el éxtasis, que era la vida de Miguel Ángel Buonarroti, lo leí con tanta pasión, que eso me definió como escultor en la vida, por eso me hice un poco clásico, ame a todo eso. Estudiaba en el turno tarde, tomaba la merienda y me iba hasta la noche a estudiar arte a la academia “Augusto Bolognini”, un taller libre donde hacía grabado, dibujo, escultura y pintura. De ahí salía, llegaba a casa volando, cenaba y me iba a trabajar como sereno en un garage, desde las 11 a las 7 de la mañana. Dormía cinco horas y volvía a empezar. Así terminé el secundario a mis 19 años.
Luego me tocó el servicio militar en Río Gallegos, años difíciles, época de dictadura militar, de extremismo, montoneros, 1976-77 etc. donde aparte de mi actividad militar de rutina escribía con letra gótica los diplomas que nos iban a dar al finalizar el servicio a los soldados. Cuando volví a mi casa de Belgrano, debido a problemas económicos, nos fuimos a vivir a Mar del Plata con mis padres, ya que teníamos una casa ahí.
Trabajé en un corralón de materiales y a la salida fui a estudiar como alumno libre a la escuela provincial de bellas artes de Mar del Plata. Teníamos un día dibujo, otro grabado, pintura y escultura. Fue ahí donde descubrí que esta última era mi pasión, será que me enamoró la tridimensionalidad tan concreta y palpable que abandoné la academia y comencé a trabajar todos los días en una escultura de la cabeza de Briggitte Bardot, que era la mujer que me tenía enamorado.
La economía seguía desmejorando y al año volvemos a Buenos Aires, donde entro a trabajar en un negocio familiar. Un viejo almacén que luego se transformó en supermercado, donde tuve la suerte con ayuda familiar de entrar como socio a los pocos años. Fueron unos cuantos años de trabajo duro, muchas horas por día, sábado y alguna hora de domingo también, por lo cual la parte artística la tuve un poco relegada, de todas formas encontraba la manera porque era mi parte cultural, donde sentía que era yo fuera del trabajo.
Cuando tuve la oportunidad, se me dio poder independizarme, me lancé a comprar un nuevo negocio, durante un momento complicado de la Argentina y por suerte me fue muy bien. Entonces a mis 37 años empecé a vivir de rentas, lo cual me permitió volver al arte y a la escultura.

Unos años más tarde conozco a mi mujer, tuvimos dos hijos Lucila y Gianfranco, que son la mayor de mis alegrías en este mundo. Durante un año sabático nos fuimos a vivir a Key Biscayne donde para no perder la costumbre dibujaba mucho con mi block portátil, esto siempre fue mi terapia. A la vez me conecté con un escultor cubano, un maestro de 80 jóvenes años que era un gran tallador en madera. Ahí aprendí muchas cosas, cada maestro te deja una enseñanza. Este taller estaba situado donde hoy en día es el art district de Miami, que en esa época era una zona abandonada y algo peligrosa. Al cabo de 10 meses decidimos volver a la Argentina y al poco tiempo, a mi esposa le apareció una enfermedad terminal que acabó con su vida en 21 meses. Fue una situación muy dura para todos, un gran dolor para mí y mis hijos; uno sufre por ellos más que por cualquier cosa. Ella falleció cuando tenían 6 y 3 años. Los crie solo y con la inapreciable ayuda de mis hermanas y madre que siempre estaban atentas a mis hijos.
Mientras transcurría la vida e íbamos creciendo, en mis ratos libres pintaba e iba a distintos talleres de arte donde trabajaba hasta altas horas de la madrugada. Cuento mi vida a través de mis obras, es mi biografía más genuina, compuesta de distintas etapas y momentos. Es por esto, que todos mis estilos son diferentes en técnicas y temáticas, trato de plasmar lo que me conmovió en los distintos y variados pasajes de mi vida.
Mis hijos fueron creciendo, cada vez necesitaban menos de mí, entonces fue ahí cuando me lancé con tada mi galería de arte. Actualmente ahí, tengo todas mis obras, mi taller de escultura y pintura. Es un lugar que amo, donde paso muchas horas de mi vida, porque cada rincón es un espacio temático y mágico, dónde tengo muchas antigüedades que fueron coleccionadas a lo largo de mi vida.
Es por eso, que hoy quiero compartirlo con todos ustedes.

Exhibited by:

Nazli Kalayci Art Dealer

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