En la presente serie exploró la incertidumbre como una consecuencia de la desinformación y los sistemas orgánicos, inherentes y permanentes, como la fe y la naturaleza, a los que se ha aferrado el ser humano a lo largo de su historia en coexistencia para lidiar con la ansiedad, la soledad y los cambios de su entorno, en este caso vinculado a la cuarentena por COVID-19.
Cuestionando el concepto de la “nueva normalidad” como producto de la pandemia, fotografío mi cotidianidad de manera directa para entender mis propios procesos en interacción con estos espacios y los vestigios de aquello que aparentemente ya no existe pero siempre ha podido estar, aunque ya no signifiquen lo mismo debido a nuestras categorías históricas informativas. Comprendiendo la desinformación no solo como un objetivo explícito de grupos, sino también el resultado natural de nuestra convivencia y la forma en cómo nos comunicamos en nuestro intento permanente por (re)construirnos. Identificando sistemas de valores que a pesar de lo veloz, incierto, y siempre nostálgico que pueda sentirse el pasar del tiempo, el ser humano y la naturaleza crean para continuar con sus transformaciones colectivas en búsqueda del equilibrio.
